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La Compañía Industrial Films Españoles, S.A. (CIFESA) se constituyó en Valencia como distribuidora cinematográfica en 1932, pero fue dos años después, con el desembarco en la empresa de Manuel Casanova y sus hijos Vicente y Luis, que se orientó hacia la producción. La primera película de largo metraje financiada por los Casanova fue La hermana San Sulpicio (1934), nueva versión de la película que Florián Rey había dirigido en las postrimerías del silente. La cinta fue un gran éxito y marcó la pauta de Cifesa durante el último bienio republicano: cine popular sostenido por el buen hacer de Florián Rey en la dirección y la popularidad a ambos lados del Atlántico de Imperio Argentina. Otras operaciones de prestigio incluyeron la incorporación de Benito Perojo para realizar una adaptación de La verbena de la Paloma (1935) a la altura de las producciones musicales foráneas. El golpe militar de 1936 interrumpió esta línea de producción durante tres años, aunque las películas de Cifesa se siguieron exportando a Latinoamérica y Morena Clara (1936) es de las pocas que se proyectó en las pantallas de los dos bandos. Los Casanova se pusieron al servicio de los sublevados y realizaron algunos documentales de propaganda con la colaboración de los laboratorios alemanes y portugueses. Al terminar la contienda están en la línea de salida para convertirse en la primera empresa de producción de España, con acuerdos de producción con Italia y una potente red de distribución en Latinoamérica. Al mismo tiempo Cifesa firma acuerdos puntuales con pequeñas compañías, como UPCE o Campa, que les suministran películas a bajo coste y refuerzan la veta popular que pervive a pesar del celo del nuevo Estado. En paralelo, Cifesa desarrolla una política de producción de cortometrajes documentales y de animación. Además, la casa valenciana emprende una campaña de contratación de intérpretes exclusivos en el que figura lo más granado del star system español de posguerra -Amparito Rivelles, Aurora Bautista, Alfredo Mayo, Jorge Mistral- y un amplio elenco de actores secundarios -Juan Espantaleón, Juan Calvo, José Isbert o Guadalupe Muñoz Sampedro- que dan un aire de familia a toda la producción. También los directores se forman en la casa: el veterano galán Juan de Orduña, el ingeniero de sonido Luis Marquina o el abogado valenciano Luis Lucia dirigen sobre todo comedias deudoras del género según los cánones italianos y estadounidenses aunque impregnadas de moralina. Destaca por su atención a los humoristas españoles y su voluntad de conectar con los espectadores el excrítico y cortometrajista Rafael Gil. Sus adaptaciones de Wenceslao Fernández Flórez o Enrique Jardiel Poncela, la conformación de un equipo estable con el director de fotografía Alfredo Fraile y el escenógrafo Enrique Alarcón marcan la rápida evolución de la casa valenciana hacia proyectos más ambiciosos. Don Quijote (1947) podría servir de ejemplo. Pero será Juan de Orduña quien a partir del inmenso éxito de Locura de amor (1946) marque la nueva pauta de lo que durante muchos años será considerado como la esencia del cine de Cifesa y, por ende, del cine franquista de los años cuarenta. Locura de amor, Agustina de Aragón (1950), La leona de Castilla (1951)… son jalones de una escalada inversora que provoca el desplome cuando el nuevo director general de cinematografía niegue el premio de Interés nacional a Alba de América (1951) para favorecer el compromiso falangista de Surcos (1951). La economía de Cifesa, tocada desde el final de la II Guerra Mundial por el boicot de la asociación de distribuidores estadounidenses y por la política de superproducciones, naufraga. La productora cede su cetro a la pujante compañía del vigués Cesáreo González, Sueva Films, que potenciará la fórmula de contratos exclusivos con actrices de “tirón” taquillero y política expansiva en Iberoamérica. Desde 1952 hasta 1963, Cifesa seguirá produciendo mediante alianzas con otras empresas y sustanciosos adelantos de distribución a productores independientes como Benito Perojo. “La antorcha de los éxitos”, según rezaba su lema, se apagó en 1951. Bibliografía básica: Félix Fanés: Cifesa, la antorcha de los éxitos. Valencia, Institución Alfonso el Magnánimo, 1982. Félix Fanés: El cas Cifesa: Vint anys de cinema espanyol (1932-1951). Valencia, Filmoteca Genralitat Valenciana, 1989. Esteve Riambau y Casimiro Torreiro: Productores en el cine español: Estado, dependencia y mercado. Madrid, Catedra / Filmoteca Española, 2008. AAVV: Rafael Gil y Cifesa. Madrid, Filmoteca Española, 2007.
Fuente: DQVlapeli
Filmografía destacada: La hermana San Sulpicio (Floriánn Rey, 1934) La verbena de la Paloma (Benito Perojo, 1935) La hija del penal (Eduardo G. Maroto, 1935) Morena clara (Florián Rey, 1936) Los cuatro Robinsones (Eduardo G. Maroto, 1939) El último húsar/ Amore di ussaro (Luis Marquina, 1940) ¡Harka! (Carlos Arévalo, 1941) El hombre que se quiso matar (Rafael Gil, 1942) Viaje sin destino (Rafael Gil, 1942) ¡A mí la legión! (Juan de Orduña, 1942) Malvaloca (Luis Marquina, 1942) Huella de luz (Rafael Gil, 1943) Boda accidentada (Ignacio F. Iquino, 1943) Eloísa está debajo de un almendro (Rafael Gil, 1943) Ídolos (Antonio Román, 1943) La chica del gato (Ramón Quadreny, 1943) Ella, él y sus millones (Juan de Orduña, 1944) El clavo (Rafael Gil, 1944) Tuvo la culpa Adán (Juan de Orduña, 1944) El fantasma y doña Juanita (Rafael Gil, 1945) Don Quijote (Rafael Gil, 1947) Dos cuentos para dos (Luis Lucia, 1947) Locura de amor (Juan de Orduña, 1948) Currito de la Cruz (Luis Lucia, 1949) Agustina de Aragón (Juan de Orduña, 1950) Pequeñeces (Juan de Orduña, 1950) La leona de Castilla (Juan de Orduña, 1951) Alba de América (Juan de Orduña, 1951) Lola la piconera (Luis Lucia, 1951)