Secretísimo / Segretissimo (1967)

Secretísimo / Segretissimo (Fernando Cerchio, 1967)

Tras encarnar a Tarzán, Maciste, Goliath, Hércules y a cuanto musculoso de la pantalla se le cruzara en el camino tanto en Estados Unidos como en Italia, Gordon Scott se retira de la pantalla encarnando al agente secretísimo John Sutton en esta coproducción, que financia por la parte española pero no dirige el argentino Tulio Demicheli, realizador de dos obras del subgénero: Misión Lisboa / Da 077: intrigo a Lisbona (Federico Aicardi y Tulio Demicheli, 1965) y Nuestro agente en Casablanca / Il nostro agente a Casablanca (Tulio Demicheli, 1966)

Sutton sigue el rasrtro de un alemán (Antonio Gradoli) escapado de un campo de prisioneros soviético, de Berlín a Casablanca y de allí a Roma y a Nápoles, en uno de cuyos clubs nocturnos trabaja Zaira (Aurora de Alba), novia de un marroquí asesinado que había llamado a Sutton para ofrecerle información sobre el alemán huido. Por el camino se tropieza con la bella turista francesa Sandra Dubois (Magda Konopka) y con el siniestro Miguel (Paco Morán). El macguffin importa tan poco que apenas nos enteramos de que consiste en unos archivos nazis cuando el jefe de la organización que piensa venderlos al mejor postor (Umberto Rao) se los enseña al protagonista desde una ventana. Luego resulta que Sandra no es francesa, sino una eficacísima agente soviética y que comunismo y capitalismo pueden terminar encamados después de haber eliminado al enemigo común.

Hasta bien cumplida la mitad del metraje todo se desenvuelve en un ambiente de traición y erotismo sesentero, pero no hay verdaderamente acción. Es a partir de una pelea en la playa, durante las fiestas de Piedigrotta, que la cinta empieza a adquirir algo de carácter: persecuciones por las azoteas de instalaciones industriales, los malvados disfrazados de inofensivas monjitas, una jaula en la que Sutton viaja suspendido de un helicóptero para ser depositado en mitad de un descampado donde le esperan sus enemigos, un Fiat 600 cerrado y cruzado en mitad de una vía férrea, en la mejor tradicón del serial y del que el héroe escapa… ¡con un abrelatas! No obstante, las notas irónicas están presentes desde el principio: los títulos de créditos proponen una serie de agentes secretos precediddos siempre de un cero y toda clase de operaciones y misiones, antes de formular el título de Secretísimo. Más adelante, Sutton, lector impenitente de tebeos de Superman, consigue escapar de los villanos para caer en un garaje donde un tipo le ametralla sin miramientos. Se sorprende al comprobar que sigue ileso a pesar de la ráfaga., pero tiene en cambio que apechugar con la bronca del director de la película de título imposible en cuyo rodaje ha irrumpido inopinadamente: Agente Segret 0077.