índice del sitio
Inicio | Películas contadas | Perfiles | Canon | Blog | Sobre DQVlapeli | Contacto | Política de la comunidad | Aviso legal© 2025 Dequevalapeli.com
Un vodevil por cuenta de los amores ilícitos en una casa de vecindad en la que vive un profesor de canto.
GÉNERO: Música
El amor solfeando (Robert Florey y Xavier Güell, 1930)
El amor solfeando es uno de los escasísimos títulos con los que cuenta la transición al sonoro de nuestro cine.
En ausencia de estudios adaptados para el rodaje con sonido, una parte de las producciones optaron por la postsincronización o por la inclusión de algun fragmento musical, como La aldea maldita, Prim o La bodega. Feliciano Vitores rodó en España con el sistema Phonofilm El misterio de la Puerta del Sol. Urgoiti envió a los intérpretes de La canción del día a rodar en estudios británicos. Y Cinaes optó por la producción en estudios alemanes de este vodevil dialogado por José Luis Salado.
La película arranca con buen ritmo de vodevil, presentando los amores adúlteros de la coqueta Sara (Julia Lajos) con el chisgarabís Fernando Vidal (Valentín Parera). Para justificar sus escapadas le ha dicho a su marido que está estudiando canto con el profesor Vidal, que vive en el mismo edificio, en el que ejerce como portero un aspirante a entrar en el mundo de las variedades (Alady). Ante la ausencia del profesor Vidal y previo pago de cierta cantidad que Fernando paga de mil amores, convencen a un tímido profesor de caligrafía (José Ortiz de Zárate) de que se haga pasar por el maestro de música. Pero el marido de Sara tiene una amante (Odette Florelle) a la que quiere colocar en el teatro y que le oferece un dineral porque dé clases de canto a la chica. Así que el calígrafo no tiene otro remedio que apuntarse a las clases de música con el porfesor Vidal, de cuya hija (Imperio Argentina) se enamora perdidamente.
Aunque al principio la acumulación de enredos avanza a ritmo sostenido, la alternancia de estos con las actuaciones de variedades -que incluyen la oportunidad de ver a Alady en el tipo de actuaciones que le habían dado fama en el Pararlelo barcelonés y en el teatro Romea de Madrid- termina funcionando en detrimento del conjunto, que sube enteros en los momentos en que Julia Lajos está en pantalla. No obstante, se trata de una muy interesante muestra de las posibilidades del cine sonoro en España, con la particularidad de que Imperio Argentina aún tiene un papel secundario.