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El agente S-077 debe recuperar un rayo desintegrador sustraido de la Agencia Internacional de Energía Atómica.
GÉNERO: Aventuras ,Intriga
Marc Mato, agente S-077 / S.077 spionaggio a Tangeri (Gregg Tallas, 1965)
Marc Mato, agente S-077 está dirigida por el griego Greg Tallas y protagonizada por los argentinos Luis Dávila, Alberto Dalbés y Perla Cristal. Los dos primeros repetirán en la secuela apócrifa S-077, Operación relámpago / Agente Logan: Missione Ypotron (1966), dirigida por Giorgio Stegani -ayudante de dirección en la anterior- con el seudónimo sajón de George Finley. En ambos casos la productora española es la Atlántida Films de José Frade y Luis Méndez.
Tras largos meses de investigación y muchos dólares invertidos en la Agencia Internacional para la Energía Atómica, el profesor Gregg (Tomás Blanco) ha logrado inventar un rayo desintegrador. Pero la misma noche en que realizan las primeras pruebas la agencia es asaltada y el invento desaparece. Marc mato, el agente S-077 (Luis Dávila), recibe el encargo de recuperarlo cueste lo que cueste. La única pista conduce a Tánger. En el avión conoce a una bella mujer Lea Randall (José Greci), pero no tiene mucho tiempo para seducirla porque apenas llega al aeropuerto es víctima de un atentado y cuando suve a la habitación del hotel se encuentra con un cadáver. Como liquida al asesino, los cadáveres son ya dos y no ha hecho más que llegar a Tánger.
El ritmo no decrece ni en la incursión en la kasbah para entrevistarse con un confidente ni en las visitas a clubs nocturnos de ambiente internacional ni en la guarida del archivillano Rigo Orie (Alberto Dalbés), el ladrón del invento. Luis Dávila proporciona su atlética percha a este émulo de James Bond en el que también hay algunos préstamos argumentales, que no estilísticos, de la segunda versión de The Man Who Knew Too Much (El hombre que sabía demasiado, Alfred Hitchcock, 1956). La acción y los escenarios exóticos se completan con unas notas del más clásico folletín y cierta autoironía -el agente tortura con un soplete al villano y no al contrario- que fue uno de los ingredientes habituales del filón de euroespías, junto con la chulería y buenas dosis de sadismo para todos los públicos.
La versión internacional tiene algo más de metraje que la española, pues los escarceos amorosos del agente S-077 fueron generosamente expurgados en las copias estrenadas en España.