Dante no es únicamente severo (1967)

Dante no es únicamente severo (Jacinto Esteva Grewe y Joaquín Jordá, 1967)

La piedra fundacional de la Escuela de Barcelona nace de la fundición de dos piezas concebidas como cortometrajes o sketches para otorgar entidad de largometraje a lo que quedaba de un proyecto colectivo en el que también deberían haber colaborado el productor Pere Portabella y el arquitecto Ricardo Bofill. Lo curioso es que no se notan las costuras. Acaso porque todo en Dante no es únicamente severo es costura, inserto, fragmento.

Más que de una historia -Serena Vergano y Enrique Irazoqui podrían ser la parodia de un matrimonio burgués y antonioniano- deberíamos hablar de la influencia filológica de Jean-Luc Godard, con cita explícita a Pierrot le fou, y al Buñuel surrealista con una cita no menos explícita al ojo seccionado de Un chien andalou (Un perro andaluz, Luis Buñuel y Salvador Dalí, 1929), sino con una serie de situaciones que el calandino traslardará desde L'âge d'or (La edad de oro, Luis Buñuel y Salvador Dalí, 1930) a El ángel exterminador (1962).

Sin embargo, la secuencia de apertura nos sitúa un punto más allá: en la intersección entre modernidad y tradición, mientras el equipo prepara el rodaje con las dos actrices principales, Serena Vergano y Romy, en una situación hedonista en la que se dan la mano el placer de filmar y el de saberse hermosos y diferentes.