índice del sitio
Inicio | Películas contadas | Perfiles | Canon | Blog | Sobre DQVlapeli | Contacto | Política de la comunidad | Aviso legal© 2025 Dequevalapeli.com
No dispares contra mí (José María Nunes, 1961)
No dispares contra mí es una producción de Germán Lorente y Enrique Esteban para Este Film. La primera de una nueva etapa, según el pressbook de la película en el que se mencionan expresamente The Killers (Forajidos, Robert Siodmak, 1945) y Naked City (La ciudad desnuda, Jules Dassin, 1948).
Para la ocasión la mirada está puesta una vez más al otro lado de los Pirineos. Lorente propone a Nunes realizar su particular À bout de souffle (Al final de la escapada, Jean-Luc Godard, 1959). El dinero es escaso y el proyecto urge. Nunes, afincado en Barcelona pero oriundo del Algarve, recurre a un contertulio de la pequeña colonia lusa en el bar “El Chipirón” del Paralelo, donde también acude la pareja de intérpretes formada por Carlos Otero e Isabel de Castro. El tal contertulio es Juan Gallardo Muñoz -en arte Curtis Garland, Donald Curtis y cien sobrenombres más-, autor de novelas de a duro que escribe a razón de dos por semana; un día para idear el argumento, otro para desarrollarlo y el tercer para rematar la obra. Con este ritmo de trabajo siempre queda el domingo libre para el ocio. Es el caso que Gallardo se compromete a proporcionar un argumento a Nunes y entre ambos pergeñan un guión que terminará firmando también el productor por aquello de que la idea de hacer una película fue suya.
En sus memorias (Yo, Curtis Garland. Barcelona, Morsa, 2009) relata Gallardo como la precariedad de la producción le proporcionó la ocasión de retornar a su viejo oficio de actor, al interpretar un pequeño papel de juez con una bata que rescató de su viejo vestuario teatral. Además del argumento y su participación en el guión, aportó presencia, vestuario y el bocadillo, porque ni para eso daba el presupuesto. La escena en la que interviene es aquella en que los fugitivos David (Ángel Aranda) y Lucile (Lucile Saint-Simon) se refugian en casa de un juez. Por lo demás, la película alterna la huida de ambos de un comisario interpretado por Jorge Rigaud ,que sospecha de ellos como asesinos del marido de ella, y de los pandilleros, cuyo dinero se encontraba en el coche en el que escapan.
La utilización de un montaje stacatto en las secuencias de acción no es óbice para que haya largas escenas dialogadas en las que los amantes se hacen confidencias y denuncian el “mal del siglo” que les ha conducido a esta situación. David confiesa:
-Soy uno de esos que ha equivocado la época en que ha nacido y no sabe comprender el mundo. O tal vez el mundo se empeña en no comprenderle a uno.