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Una familia mexicana de rancio abolengo, pero muy venida a menos, pretende casar a una de las hijas con un hacendado chapaneco para recuperar el estatus perdido a costa del yerno. Pero cuando empiezan a gastar sin tasa el mayordomo del marido buscará el modo de darles un escarmiento.
GÉNERO: Comedia,Música
Al son de la marimba (Juan Bustillo Oro, 1940)
La época de la acción no es la de don Porfirio Díaz -en la que se ambientaron numerosas películas de Joaquín Pardavé y Sara García- sino contemporánea. O sea, 1940. Una familia mexicana de rancio abolengo, pero muy venida a menos, pretende casar a una de las hijas con un hacendado chapaneco para recuperar el estatus perdido a costa del yerno. Pero cuando empiezan a gastar sin tasa el mayordomo del marido buscará el modo de darles un escarmiento.
La acción se construye sobre la dicotomía campo-ciudad, donde el primero es lugar ideal de autenticidad, laboriosidad y buenas costumbres, en tanto que en la segunda se dan cita la hipocresía y la molicie. Fernando Soler y Sara García componen una pareja llena de prejuicios de clase que vive de las viejas glorias de su pasado español, que se remonta nada menos que a los visigodos.
La moraleja es tan tópica como predecible. Como la construcción, que en el primer acto corre el peligro de quedar anegada bajo las piezas folklóricas que justifican el título. El ardid de la inversión de fortuna -la "mudanza" que decía Lope en El arte nuevo de hacer comedias- lo hemos visto mil veces, pero no por ello resulta menos eficaz. Fernando Soler lo repetiría, por ejemplo, a las órdenes de Buñuel en El gran calavera (1949). Lo que interesa aquí es el juego de los intérpretes y su disfrute con el diálogo.
El retorcimiento del lenguaje -que siempre fue clave en la comedia mexicana- es aquí el principal elemento de solaz: citas cervantinas, arcaísmos y retruécanos de toda laya son convierten, en boca de Fernando Soler, en humor regocijante. No hay que echar en saco roto que ese mismo año, Bustillo Oro dirige también ¡Ahí está el detalle! la película que consagra a Mario Moreno "Cantinflas" y en la que éste recurso se lleva al paroxismo.