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La hija de una dama americana arruinada, de vacaciones en Mallorca, resulta ser la heredera del trono de un reino centroeuropeo.
GÉNERO: Comedia Romántica
Un trono para Cristy / Ein thron für Christine (Luis César Amadori, 1960)
El guión cinematográfico de Un trono para Cristy, sobre una comedia de López Rubio, viene firmado por el propio autor en compañía de Luis Marquina y Luis D. de los Arcos. La obra teatral se ha estrenado el 14 de septiembre de 1956, con buenas críticas generalizadas entre sus amigos y compañeros. La ligereza de la obra teatral original, sin embargo, se transforma en arquetipo en la adaptación cinematográfica. El resultado da lugar a una de las comedias más anodinas de su director, Luis César Amadori, que además de entrar al trapo en el recorrido turístico al que invitaba la ambientación en Mallorca, aprovecha la reciente boda de Grace Kelly con el príncipe Rainiero de Mónaco y los éxitos de Roman Holiday (Vacaciones en Roma, 1953) y Sissi (Sissí, Ernst Marischka, 1955), favoreciendo la revisión del cuento de la Cenicienta convertida en princesa del pequeño reino de Kaf-Leidenstein. La productora Procusa arregla una coproducción con Alemania, de donde procede parte del reparto.
La trama está protagonizada por una dama americana arruinada (Zully Moreno) cuya hija Cristy (Cristina Kauffman) es fruto de un amor con alguien que acaso pudo ser el príncipe destronado del reinecito. La cinta sigue las intrigas de la madre por casar bien a su hija y las del presidente del Consorcio Carbón-Acero para desbancar a otros candidatos, especialmente un joven periodista (Ángel Aranda) que, tras los primeros malentendidos, termina rendidamente enamorado de la chica. En el reparto aparece también, interpretando a la Gran Duquesa Clara Augusta, la actriz Josefina Díaz de Artigas, de corta trayectoria cinematográfica pero extensísima carrera teatral, entre cuyos éxitos se cuenta el estreno de Bodas de sangre en 1933.
Por increíble que pueda parecer, la cinta se las ve y se las desea en su paso por las dependencias administrativas. En lo económico, porque se recortan las subvenciones al estimar que el presupuesto ha sido maquillado; en lo relativo a la clasificación, porque la mayor parte de los miembros de la Junta ven problemas en sus inocuas imágenes. Uno de ellos (de firma ilegible) señala con cierta irritación que hay algunas “secuencias inspiradas – casi plagiadas- de Anastasia”, y otro, jocoso, califica su argumento como “un pirulí de la Habana” aunque defiende el guión, “bien trazado dentro de su género (del que Dios nos libre)”. La cinta es clasificada como de 1ªB y ¡para mayores de 16 años!, calificación que no varía pese al recurso presentado por la productora.