El hombre de los hongos (1976)

El hombre de los hongos (Roberto Gavaldón, 1976)

En el último tramo de su carrera Gavaldón frecuentó las coproducciones entre México y España. Si La madrastra (1974) y La playa vacía (1977) estaban localizadas en Madrid y Segovia y en Cádiz, respectivamente. El hombre de los hongos nos sitúa en la América colonial donde un español despótico (Alfredo Marsillach), casado con una mestiza (Isela Vega), ejerce su poder sobre hombres y tierras igualmente salvajes. Símbolo -el cine de Gavaldón es siempre cine de símbolos- de esa ferocidad indomeñable es la pantera que se pasea por la casa aparentemente domesticada y que sólo él y su hija Emma (Sandra Mozarowsky) se atreven a frecuentar. Un día en el que ha salido a cazar jabalíes con los que agasajar a sus invitados en el banquete por el cumpleaños de su mujer, el terrateniente descubre a un niño huérfano en la linde de la selva donde acuden a recoger las setas que constituirán la piece de resistance de la cena. Claro que para averiguar si se pueden comer o no, el método es hacer que las pruebe uno de los criados y comprobar si sobrevive. El huérfano crecerá hasta converitse en un buen mozo (Philip Michael Thomas, el Ricardo Tubbs de Miami Vice), cuyo amor se disputan madre e hija. Cuando el patriarca descubre esta relación hace del joven el nuevo "hombre de los hongos", sentenciándolo a una muerte cierta si no fuera porque el muchacho se ha criado en la selva y conoce sus secretos más íntimos.