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En un pueblo de la costa gallega vive Mario, un hombre ejemplar. En la residencia donde trabaja como enfermero todos le aprecian. Cuando el conocido narco Antonio Padín ingresa en el centro, Mario trata de que el anciano se sienta como en casa. Ahora, los hijos de Padín -Kike y Toño- están al mando del negocio familiar, pero una fallida operación de contrabando llevará a Kike a la cárcel y les generará una peligrosa y cuantiosa deuda con un proveedor colombiano. Toño recurrirá al enfermero para que persuada al padre de que la salde… pero Mario tiene sus propios planes.
GÉNERO: Intriga
Quien a hierro mata (Paco Plaza, 2019)
Antonio Padín (Xan Cejudo), el patriarca de un clan de narcos padece una enfermedad degenerativa, así que ha decidido que, si sale de la cárcel, va a ingresar en una residencia. Sus hijos, Toño (Ismael Martínez) y Kike (Enric Auquer), se oponen, pero el viejo es terco y termina en una residencia en la que Mario (Luis Tosar) trabaja como jefe de enfermeros. Profesional ejemplar, futuro padre... Mario tiene un pasado y no está dispuesto a que el canalla que ha acabado con toda una generación de gallegos se vaya de rositas. Mientras tanto, los hijos intentan que su padre entre en el negocio con los chinos, porque los colombianos que proporcionan la materia prima sólo se fían del jefe del clan. Los planes de todos ellos no tardarán en entrar en conflicto.
Salvo por unos falshbacks tan efectistas como poco efectivos al pasado de Mario y a los padecimientos de su hermano -el plano frente al bar de trapicheo resulta harto más elocuente-, el drama funciona engrasado gracias al buen trabajo de los actores. Desconozco si hay o no implantación de las mafias chinas en Galicia, pero lo que es seguro es que esto le permite a Plaza servirse de los modos del cine oriental en las escenas de violencia. Además, el libreto que firman Jorge Guerricaechevarría y Juan Galiñanes mantiene las necesarias dosis de intriga hasta el final, con un tercer acto duplicado que no deja de ser una osadía en un panorama tan formulario como el del thriller contemporáneo. La imagen que cierra la película busca -y logra- quedarse en la retina del espectador.