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António marcha clandestinamente de Portugal a Francia como a dirio hacen cientos de compatriotas.
GÉNERO: Drama,Emigración
O salto (Christian de Chalonge, 1967)
Roberto Bodegas y Christian de Chalonge habían coincidido en el equipo de dirección de Les dimanches de Ville d'Avray (Sibila, Serge Bourguignon, 1962) y, cuando Tony Richardson le propone al segundo buscar financiación para un proyecto con el que pueda debutar como director, Chalonge y Bodegas se plantean documentar la presencia de trabajadores clandestinos portugueses en Francia. A partir de diversos testimonios recabados en Champigny-sur-Marne, suburbio chabolista de París donde muchos de de ellos viven en condiciones degradantes elaboran una ficción que se ciñe razonablemente a las tesis del Partico Comunista. Asistimos así a la aventura de Antonio (Marco Pico), que realiza clandestinamente el viaje de Portugal a París, más que por motivos económicos —es un carpintero de cierta valía— para eludir un servicio militar de tres o cuatro años en la Angola de la lucha antiocolonial. En el paso de la frontera portuguesa no surgen demasiadas complicaciones, pero el camión que debía llevarles hasta los Pirineos los deja tirados ante la presencia de la Guardia Civil. Algunos deciden regresar a Portugal, pero Antonio sigue adelante caminando y tras escapar al ametrallamiento por un número de la benemérita, logra llegar a París. Allí tiene dos contactos: Dominique (Ludmila Mikaël), una enfermera que suele veranear en Portugal, y Carlos (Antonio Passalia), que es quien le ha explicado el procedimiento para pegar “el salto” y le ha garantizado trabajo. Pero ella tiene su propia vida en Francia y la presencia de Antonio resulta un poco engorrosa y Carlos no aparece por ninguna parte. Antonio se ve así sumergido en la rutina de las “camas claientes”, los papeles falsos a precio de oro y la explotación laboral, apenas paliado todo ello por la solidaridad de otros emigrantes clandestinos portugueses. Cuando Carlos aparezca por fin, la emigración mostrará su verdadera cara, la del lucro a costa de los que menos tienen.
O salto ostenta una impronta neorrealista bastante infrecuente en el cine francés, subrayada además por el trabajo con actores naturales —no es el caso de los protagonistas— y la utilización del portugués durante la mayor parte del metraje. Resultaría paradójico si no fuera tan habitual la coincidencia de intereses entre comunistas y organismos eclesiales: la cinta obtiene el premio de la Oficina Católica Internacional de Cine (OCIC) en el Festival de Venecia de 1967.