La estrella del rey (1957)

La estrella del rey (Luis M. Delgado y Dino Maiuri, 1957)

Las malas cosechas y la ausencia de turistas han conducido al estado pequeño reino de Montana a la ruina. El juego no es la solución porque cada vez que se ha implantado han venido los jugadores y han hecho saltar la banca, que es el Estado. Daniel Bloch, el banquero es ya el dueño de casi todo el reino y no se le puede pedir otro préstamo. La solución vendrá de la mano de la industria cinematográfica. Al solitario puesto fronterizo llega un productor norteamericano (Ángel Jordán). Pretende alquilar el palacio real para un rodaje. La película tiene un presupuesto de seis millones de dólares. El reino se prepara para recibir al equipo de rodaje, con la banda ensayando el himno estadounidense y una pancarta de “¡Viva el cine americano!”.

El guión de “The Queen of Love”  –“una sarta de disparates”, según el rey Leopoldo (Virgilio Teixeira)- es una biografía de su bisabuela Mariana por lo que el monarca se sinete con derecho a colarse en el rodaje. En un descanso, Sabina Karen (Irasema Dilian), la estrella, le ofrece trabajo y como él no acepta porque “tiene otro trabajo en la corte” ella le firma un autógrafo. La reina madre (Ana María Custodio), pragmática, aprovecha la publicidad que se le ofrece: “¡Qué magnífico alimento para la cursilería mundial! (…) Tendremos millones de turistas para asistir a la últma representación de esta opereta europea.”

Termina el rodaje y la historia de amor supuesta se ha convertido en realidad: Sufren… Se van a besar apasionadamente y ella le dice que sólo tienen derecho a un beso de opereta. “Lástima que vuestra majestad no sea republicano… hubiéramos podido ser una pareja feliz”.