índice del sitio
Inicio | Películas contadas | Perfiles | Canon | Blog | Sobre DQVlapeli | Contacto | Política de la comunidad | Aviso legal© 2024 Dequevalapeli.com
Para salir de la miseria, un pescador se dedica al contrabando. En la pendiente de la amoralidad, seduce a la novia de su hermano.
GÉNERO: Drama
Pasión en el mar / L'île des désespérés (Arturo Ruiz-Castillo, 1956)
Carmelo (Conrado San Martín) y Jorge (Jean Danet) son dos hermanos que viven de la pesca en una pequeña localidad andaluza. Los dos están enamorados de Alicia (Pascale Roberts). También Vicente (Fernando Sánchez), duro capataz encargado de explotar a los pescadores. Ella sólo desea escapar de la miseria, así que cuando tenga que elegir entre el camino del esfuerzo y la honradez encarnado por Carmelo y el del dinero fácil, los vestidos y las joyas que Jorge puede ofrecerle gracias a las ganancias que le proporciona el contrabando, se decide por el segundo. El reencuentro de los dos hermanos después de su trágica separación -desarrollada durante un largo flashback que abarca casi dos tercios del metraje- propicia la reconciliación, no sin que antes el descaminado vuelva a la senda del bien y un fuego purificador arrase todo aquello que Alicia consiguió sin esfuerzo.
La locución con la que se abre la película sitúa la ación, como cosa del pasado, "hace cinco lustros" exactamente en 1931, año de proclamación de la República. Esto justificaría el clima de miseria no sólo moral, sino económica, en la que viven los pescadores onubenses. La explotación que padecen es la misma que la de los Malavoglia sicilianos de La terra trema (Luchino Visconti, 1948). Sin embargo, el contetxto formal es bien distinto. La fotografía en color de Pepín Aguayo, las actuaciones de la agrupación de Coros y Danzas Nuestra Señora de la Cinta, de Huelva, y el tratamiento del personaje femenino, a medio camino entre el neorrealismo rosa y el indigenismo del Indio Fernández, sitúan Pasión en el mar en un registro absolutamente extraño al realismo. Es un camino por el que Ruiz-Castillo podría haber conducido el relato satisfactoriamente, si no hubiera sido porque el conflicto de culpabilidades y odio entre hermanos queda sin resolver por acción de la censura o de la propia impericia de unos libretistas que zanjan el conflicto gracias al triunfo repentino de los vínculos de la sangre y a un incendio que es antes símbolo y "deus ex machina" que desenlace consecuente. Quedan entonces el buen uso que hace el realizador de los exteriores y la estupenda fotografía en Agfacolor de José F. Aguayo.