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Un marinero se enamora de una muchacha francesa que pasa sus vacaciones en España.
GÉNERO: Drama
El próximo otoño (Antonio Eceiza, 1963)
Juan (Manuel Manzaneque) es un ex-seminarista que pilota la lancha de don Joaquín (Antonio Braña), un constructor que pasa el verano en la playa con su familia, aunque las jovencitas le interesan más que su mujer. Monique (Sonia Bruno) es una chica francesa, amiga de su hija, que viene a España a pasar el verano antes de ingresar en la Universidad. El carácter retraído de Juan contrasta con las costumbres desenvueltas y europeizantes de los hijos de don Joaquín y sus amigos. A lo mejor es por eso que Monique se fija en él. Tras una serie de encuentros y desencuentros entr los jóvenes, las vacaciones familiares llegan a término. Sin embargo, Monique decide quedarse en el pueblo, junto a Juan… hasta el fin del verano.
Estudios universitarios, excursiones en descapotable, música pop y bailes de moda se contraponen, de una manera un tanto simplista, a la migración interior, el seminario como única salida para estudiar y el gamberrismo en las fiestas populares. El determinismo social rige la estructura dramática, constriñendo a los protagonistas a adoptar unos comportamientos acaso excesivamente rígidos.
Los títulos de crédito dicen que la película es una producción de Elías Querejeta para Buch-Sanjuan, una prqueña productora barcelonesa en cuyos estudios se rodaba habitualmente publicidad. Comoquiera que el joven futbolista metido a productor todavía no ha legalizado su propia marca su primera incursión en el largometraje se presenta bajo esta fórmula. La hace de la mano de Antonio Eceiza, con quien ya había rodado algún cortometraje y en el guión se encuentra al completo el denominado Grupo de San Sebastián de la Escuela Oficial de Cinematografía: Víctor Erice, José Luis Egea, Santiago San Miguel y el propio Eceiza. Los cuatro abogaban por un "realismo crítico" a la italiana desde las páginas de Nuestro Cine, que les sirvió como órgano de reflexión teórica antes de que la práctica cinematográfica echara por tierra su idealismo conceptual. No es extraño entonces que el argumento resulte una especie de inversión genérica de La ragazza con la valigia (La chica de la maleta, Valerio Zurlini, 1961) en la que es el chico el que pertenece a la clase humilde y la chica a la clase acomodada y, para colmo, francesa.