La guitarra de Gardel (1949)

La guitarra de Gardel (León Klimovsky, 1949)

Tras una exitosa carrera en su Argentina natal como músico de películas y de espectáculos de revista, Alberto Soifer se traslada a España a finales de los años cuarenta. De su asociación con el cantante Agustín Irusta parece surgir esta película. La operación está avalada por Lais, una pequeña productora que es en realidad una filial de Chamartín Producción y Distribución, parte del conglomerado de empresas que orbitan alrededor de los estudios Chamartín y en las que participa como socio financiero el Banco de Vizcaya. La dirección se encomienda a otro argentino, León Klimovsky, que terminaría incorporándose a la industria española.

Raúl Armada (Irusta) es un pícaro que, a pesar de sus aptitudes como cantante, sólo se sube al escenario para "enamorar a las pibas que me gustan, que son todas". Para que se centre en su carrera como cantante, su padrino le aconseja que recupere la guitarra de Carlos Gardel, lo que supondría una publicidad extrardinaria. Raúl acepta el reto y, a partir de ese momento, se verá involucrado en un viaje que cambiará su vida.

La primera escala es México, a donde viaja acompañado por Paco (Antonio Casal), representante de una compañía de baile español al que le une un destino contumaz. Rodríguez (Manuel Requena), un músico español, se hizo con la últma que quedaba en el taller de reparaciones. Por desgracia, se la regaló a Carmelilla, la mujer que amaba. Raúl cree haberla encontrado en la compañía de baile de Paco, pero esta Carmelilla (Carmen Sevilla) es hija de la otra, que vive en España. Para poder llegar allí, sin embargo, tienen que evitar que les pongan en la calle por no pagar el hotel en el que se alojan. Raúl organiza un desafío con un mariachi mexicano: tangos contra rencheras. La velada termina como el rosario de la aurora, según era de prever.

Ya en España, Raúl seguirá a Paco y a Carmelilla hasta Madrid en busca del instrumento que se ha convertido en obsesión. Los localiza en la verbena de San Antonio. Ahora también Paco está interesado en la guitarra. La buscarán en el Rastro y la encontrarán al fin en manos de un payador argentino (Manuel Arbó), qe -una vez más las casualidades- trabaja en el mismo teatro que la compañia de Carmelilla. Todavía tendrán que entredarse y desenradarse un poco más las cosas para que Raúl triunfe en el mundo del espectaculo y en el corazón de Carmelilla.

El rodaje en Buenos Aires, Ciudad de México, Cádiz y Madrid se reduce a un puñado de exteriores, porque la mayoría de las escenas están rodadas en interiores. Antonio Casal, que había sido uno de los primeros galanes de principios de la década, ya aquí se ve relegado al papel cómico de amigo del protagonista. Carmen Sevilla cuenta con diecinueve años cuando interviene en el principal papel femenino, en un nuevo enredo transatlántico tras su debut oficial en la pantalla junto a Jorge Negrete en Jalisco canta en Sevilla (Fernando de Fuentes, 1949).