Vampyres (1974)

Vampyres (Las hijas de Drácula, Joseph Larraz, 1974)

Una pareja acampa con su caravana en los alrededores de una mansión. Ella (Sally Faulkner) está preocupada por el extraño comportamiento de dos mujeres a las que han visto hacer autoestop en la carretera a la caída de la tarde. Pronto tendrá ocasión de comprobar que se trata de una práctica habitual. Fran (Marianne Morris) lleva hasta la mansión a los hombres, los seduce y luego, cuando están exhaustos, ella y su compañera Miriam (Anulka) les chupan la sangre que necesitan para alimentarse. Esto es lo que le sucede a Ted (Murray Brown). Al día siguiente se levanta sin fuerzas, con un corte profundo en el brazo y solo en la mansión. Pero en esta ocasión todo va a ser distinto, Ted se ha enamorado de Fran y volverá una y otra vez a encontrarse con ella a pesar de que ha sido testigo del fin que ha tenido el compañero de juegos de Miriam (Karl Lanchbury).

Todo lo que en Symptoms era sugerencia es aquí absolutamente explícito: el sexo, la sangre, los crímenes... Incluso las metáforas -el vino que las dos vampiras sin colmillos utilizan para atontar a sus víctimas, la urgencia del deseo...- resultan evidentes. ¿Por qué entonces es Vampyres la cinta de José Ramón Larraz que figura en todas las enciclopedias del cine de terror universal? Seguramente por su apuesta incondicional por una historia de "amour fou" hasta más allá de la muerte.