Schottis (1942)

Schottis (Eduardo García Maroto, 1942)

Schottis es una película de ambiente; una cinta en la que, antes que la historia, se pretende dar el clima del Madrid de mediados del XIX. Y para ello se recurre a la música: los valses, las polkas y, sobre todo, el schottis, que tiene papel principalísimo en la trama, pues toda la orfandad del pequeño Piñón (Totó) se cifra en esta melodía.

Piñón es el hijo de una cantante alamana (Dora Pfarry) cuyo marido (Juan Calvo), borracho recalcitrante, arroja al niño a la calle antes de morir. El bebé es recogido por gentes humildes pero buenas que viven en una barraca a la orilla del Manzanares. La chica (Esperanza Berry) lo cría como un hijo hasta que, a la edad de seis años, el chaval, con riesgo de su vida, recupera el collar robado de Rosita Beltrán (Rosina Mendía). La joven, en agradecimiento, lo prohija. Pero las habladurías de la aristocracia madrileña ponen en entredicho la honra de la muchacha. La acción toma un nuevo rumbo cuando unos zíngaros se lleven a Piñón por esos mundos para explotar su gracia como cantante y sus monerías. Mientras tanto, llega a Madrid un ingeniero alemán (Luis Durán), que sospecha que el hijo de la cantante, ya fallecida, puede ser el crío al que Rosita también busca. La empresa común hará que sus relaciones se vayan estrechando.

Esta acción, folletinesca hasta el disparate, sirve de soporte a una serie de variaciones sobre la misma melodía, que, según las enseñanzas de Ernst Lubitsch y René Clair, irá pasando de boca en boca, sirviendo de puente entre las diferentes clases sociales. El conflicto que pudiera generar la ostentación de la riqueza y la probreza extrema en que se mueven unos y otros, queda superado por la figura del mozalbete, que, de paso, sirve de lazo de unión a la pareja protagonista.

Según relata su director titular, Eduardo García Maroto, él simplemente debía actuar como supervisor en el debut como director del guionista Carlos Sierra. El hecho de que éste discutiera muy seriamente con el productor esgrimiendo una pistola supuso su despido y la incorporación de Maroto como director de facto hasta la finalización del rodaje.