La guerra empieza en Cuba (1957)

La guerra empieza en Cuba (Manuel Mur Oti, 1957)

La compañía de Tina Gascó y Fernando Granada había estrenado esta farsa en dos actos de Víctor Ruiz Iriarte en en 1955. La comedia sobre dos hermanas gemelas nacidas en Cuba y a las que el destino ha conducido por muy distintos caminos se hizo centenaria en el teatro Reina Victoria y salió de gira con una segunda compañía. No es extraño por ello que los productores pensaran que la versión para la pantalla podía ser un buen negocio. El doble papel protagonístico fue encomendado a Emma Penella (doblada, como siempre en este primer tramo de su carrera), aunque algunos intérpretes, como Ángel Ter, repitieron ante las cámaras el papel con el que habian cosechado éxito escénico.

Si Mur Oti toma el texto de Ruiz Iriarte como pretexto argumental, la puesta en escena parece dictada por el trabajo de René Clair en Les grandes manoeuvres (Las maniobras del amor, René Clair, 1955). O, al menos, la fotografía de Manuel Berenguer en Eastmancolor se inspira en la de Robert Lefebvre para dicha película, con sus desfiles de húsares de casacas rojas y la paleta cromática del vestuario de las dos hermanas marcando los cambios paulatinos que se producen en ambas a medida que Juanita renuncia al odio por el amor y la rigidez de Adelaida se resquebraja.

Por su parte, Mur Oti juega también el juego de las duplicaciones multiplicando las escenas en las que los espejos ocupan un lugar privilegiado del encuadre, proporcionando de este modo un correlato visual de lo que se dirime en la representación. No en vano, los títulos de credito están sobreimpresionados sobre un paisaje tropical que según arranque la acción comprobaremos que forma parte de la decoración teatral ante la que actuará Juanita y, cuando su hermana la llame farsante, no tardará ni un instante en replicar que "ése" es precisamente su oficio.