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Unos gitanos se incoportan como figurantes al equipo francés que rueda una españolada en Andalucía.
GÉNERO: Música
La bella de Cádiz / La belle de Cadix (Raymond Bernard, Eusebio Fernández Ardavín, 1953)
La belle de Cadix fue el gran éxito de la opereta al finalizar la II Guerra Mundial. El carisma como cantante de Luis Mariano, las melodías pegadizas de Francis Lopez y la necesidad de evasión del público hicieron que este musical de gran espectáculo se mantuviera dos años en cartelera y se repusiera en 1949. No es extraño pues que, tras el buen resultado de las coporducciones Sueño de Andalucía (Luis Lucia, 1951) / Andalousie (Robert Vernay, 1951) y Violetas imperiales / Violettes impériales (Richard Pottier, 1952), el cantante irunés y Carmen Sevilla se reunieran por última vez para prrotagonizar la versión cinematográfica de La belle de Cadix.
Carlos Molina (Luis Mariano) es un célebre actor francés oriundo de España que está rodando una película en Andalucía, bajo la dirección del excéntrico Auguste Legrand (Jean Tissier). Alexandrine (Claire Maurier), su prometida, es una gran trágica que desprecia el cine. Para el papel de la muchacha gitana que tiene que casarse en la película con Carlos, el ayudante de dirección Manillon (Pierjac) contrata a Pepa (Lolita Sevilla). No cuenta con la férrea oposición de María Luisa (Carmen Sevilla), la hermana de la chica, que con tal de que ésta no caiga en las redes de Manillon se ofrece a hacer ella misma el papel. Pero Manillon contrata a un esquilador de burros (André Wasley) para el papel del rey de los gitanos que debe celebrar el matrimonio y lo hace tan creíble que la pareja se cree casada de verdad. Carlos y María Luisa se ven obligados a pasar la noche juntos, aunque en la habitación están también Manillon y una vieja actriz característica (Thérèse Dorny) que bebe los vientos por él. El regreso inesperado de Alexandrine provoca un nuevo revuelo, que inspirará al genial director un nuevo final para su película.