índice del sitio
Inicio | Películas contadas | Perfiles | Canon | Blog | Sobre DQVlapeli | Contacto | Política de la comunidad | Aviso legal© 2023 Dequevalapeli.com
Dos expedicionarios son apresados por los trantantes de esclavos del desierto, quienes esperan conseguir una importante suma por su rescate.
GÉNERO: Aventuras
Caravana de esclavos / Die Sklavenkarawane (Ramón Torrado / Georg Marischka, 1958)
Ésta es la primera de las cuatro aventuras protagonizadas por Kara Ben Nemsi, un personaje creado por el escritor pulp alemán Karl May que figuró al frente de una veintena de entregas de aventuras orientales entre 1892 y 1909. Las dos primeras son están finaciadas por la Dokumentar und Colorfilm germana y Torrado figura en las copias españolas como director único de las mismas. Pero como el Sindicato Nacional del Espectáculo exigía una cuota de españoles en puestos claves para acceder a los beneficios de la coproducción, no sería el primero que ostenta este crédito sin haber hecho otra cosa que asistir al rodaje como invitado. De hecho, la única escena que lleva su sello es un ballet en el cuartel de Bimbashi (Ángel Álvarez), una breve y modesta fantasía oriental con preponderancia de reparto español, país en el que tuvo lugar el rodaje.
En esta ocasión Kara Ben Nemsi (Victor Skaal) y su ayudante Hadchi (Georg Thomalla) deben luchar contra el traficante de esclavos Abu el Mot (José Guardiola). Si Hadchi debía de servir como contrapunto cómico a las acciones heroicas de su patrón, en esta aventura los papeles bufos se multiplican al encontrase el escritor en un oasis con el arqueólogo inglés sir David Lindsay (Theo Lingen) y el ornitólogo muniqués Pfotenhauer (Fernando Sancho). Ambos caen en manos de Murad Ibrahim (Rafael Luis Calvo), que espera recibir un rescate de sus respectivos países para liberarlos. Pero antes de liberar a sus amigos, Kara Ben Nemsi hará lo propio con la bella Senitza (Mara Cruz).
Con abundancia de movimiento y acción, la trama avanza con paso firme por caminos sabidos en los que el héroe lo es de una pieza y los villanos árabes resultan sádicos hasta la caricatura. La fotografía en Eastmancolor de Alfredo Fraile funciona convincentemente salvo en las escenas rodadas mediante el procedimiento denominado “noche americana”. El otro fallo imperdonable es el abuso de material de archivo de hipopótamos, cocodrilos, rinocerontes y elefantes, indigno hasta de los cines de programa doble a los que la cinta estaba dirigida y en los que, seguro, satisfizo con creces las expectativas del público popular.