Aventurera (1949)

Aventurera (Alberto Gout, 1949)

Canta Pedro Vargas: "Ya que la infamia de tu cruel destino / marchitó tu admirable primavera / haz menos escabroso tu camino, / vende caro tu amor, aventurera". Podría valer como sinopsis de la película protagonizada por Ninón Sevilla que se cruza indiferente la pista de baile del cabaret con un vestido de rutilantes lentejuelas.

Todo tiene el mismo signo en la película de Alberto Gout. Apenas hay lugar para la elipsis cuando la inocente Elena Tejero (Ninón) pierde su virginidad a manos de un cliente libidinoso que se aprovecha del estupor causado por el champán. Lo demás es puro subrayado: desde la desesperación reflejada en su rostro cuando descubre a su madre con su amante hasta el modo en que patea al seductor, pasando por el estampado tropical de las corbatas del hombre que la corrompe (Tito Junco) y el melodramático encuentro con Rosaura (Andrea Palma), la madre del que se cree su redentor (Rubén Rojo) y es sólo el instrumento de su venganza.

Y luego están, por supuesto, los números musicales en los que el espectáculo a la hollywoodense se da la mano con la sexualidad descarada de Ninón Sevilla. Las ambientaciones brasileiras o de las mil y una noches son aprovechadas por igual para exhibir el cadereo electrizante de la rumbera.