Días de otoño (1962)

Días de otoño (Roberto Gavaldón, 1962)

Luisa (Pina Pellicer) llega a Ciudad de México para trabajar en la pasetelería de don Avelino (Ignacio López Tarso). Su enfermiza timidez le lleva a inventar una relación con un chófer de una familia rica a fin de esquivar las invitaciones de sus compañeras a salir con elllas y con otros chicos, además de eludir así las atenciones del joven viudo propietario del establecimiento. Pero la bola de nieve va creciendo y cuando Luisa acude a la iglesia sola, vestida de blanco, y el supuesto prometido no aparece, decide seguir adelante con una vida nueva, ficticia, en la que hay las delicias de un viaje de novios, unos suegros cariñosos, faltas más o menos excusables por parte del marido y, al fin, un embarazo.

Si la filmografía de Roberto Gavladón no tuviera otro mérito, él cineasta siempre podría vanaglorirase de haber descubierto a Pina Pellicer para el cine. Ésta es, probablemente, la mejor película de la sensible actriz, prematuramente fallecida.