El Cid Cabreador (1983)

El Cid Cabreador (Angelino Fons, 1983)

En la estela de los éxitos cinematográficos de los Mont Python, José Frade emprende a principios de los años ochenta una serie de parodias históricas que tienen en común los guiones de Juanjo Alonso Millán y el protagonismo de figuras señeras del mundo del espectáculo. Cristóbal Colón, de oficio… descubridor (Mariano Ozores, 1982) es el humorista Andrés Pajares, Juana la Loca… de vez en cuando (José Ramón Larraz, 1983) es la cantante y bailaora Lola Flores y El Cid Cabreador es nada menos que el domador Ángel Cristo.

La otra seña de identidad del filón es la explotación sistemática del anacronismo como procedimiento cómico a partir de una serie de personajes que, en el imaginario popular, habían quedado fijados por las películas de Juan de Orduña par Cifesa.       La figura icónica de Rodrigo Díaz de Vivar tiene los rasgos de Charlton Heston en la producción de Bronston que dio fama mundial al gerrero castellano. Sin embargo, buena parte de los recursos paródicos no aluden tanto a la película dirigida por Anthony Mann, como a… Superman (Supermán, Richard Donner, 1978). Como el superhombre del planeta Krypton, El Cid Cabreador tendrá superpoderes desde su más tierna infancia y vestirá un pijama azul con calzones y botas rojas. En vez de la “S”, una doble “C”.

Carmen Maura, Luis Escobar, Manolo Gómez Bur y José Luis López Vázquez, alternan con los veteranos Alfredo Mayo y Paquita Rico y con unos Paco Cecilio y Pepe da Rosa, como recién escapados del concurso “1, 2, 3… responda otra vez”. Lo demás, son tres o cuatro números musicales en los que la estética del programa televisivo juvenil “Tocata” se da la mano con letras alusivas al juramento de Santa Gadea o a la afrenta del robledal de Corpes.