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Un hombre con una pistola persigue a personajes que ejercen oficios subalternos en una ciudad llamada Benidorm en el año 2056.
GÉNERO: Ciencia Ficción
Sueñan los androides / Androiden träumen (Ion de Sosa, 2014)
Tras narrar su experiencia vital como artista becado en Berlín en True Love (2010), Ion de Sosa retoma algunos temas ya presentes en aquélla -la preocupación por la arquitectura y los espacios desolados, el registro diarístico de amigos y familiares, el subempleo y otras formas de supervivencia...- y los encaja en un relato de ciencia-ficción.
Ciencia-ficción carpetovetónica, eso sí, y ahí se nota la mano en el guión del ilicitano Chema García Ibarra, autor de El ataque de los robots de Nebulosa-5 (2008). La película es una versión libérrima de ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, la novelita de Philip K. Dick que adaptó Ridley Scott en Blade Runner (1982). Pero la acción -es un decir, porque hay más bien poca- se traslada a la ciudad de Benidorm en 2056. Los únicos terrícolas que no han abandonado la Tierra tras el apocalipsis nuclear son para entonces venerables ancianitos que dedican sus ocios al baile del salón y a posar ante galerías de objetos kitsch que recuerdan un pasado remoto. Mientras, un cazador a sueldo (Manolo Marín) se dedica a cargarse a cuanto trabajador subalterno se le pone a tiro con el fin de poder comprar la última oveja que queda en la zona y cuyo precio es absolutamente prohibitivo.
Más centrado en la plástica de las construcciones benidormenses y en la textura de las imágenes del pasado, de Sosa vacía el argumento hasta dejarlo reducido a los puros huesos, logrando que lo que no le importa a él como director tampoco nos importe a nosotros como espectadores, lo que aboca el resultado a un ejercicio de estilo que invita a la reflexión sobre una España desmantelada por la crisis, pero no produce la más mínima empatía con los personajes.