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Manuel trabaja en un taller de automóviles que está en un semisotano. A través de los ventanucos del local ve todos los días pasar a una mujer a la que llama "Zapatitos" y de la que se ha enamorado perdidamente, a pesar de que sólo ha podido ver parte de sus piernas.
Necesito dinero (Miguel Zacarías, 1951)
Aunque Sara Montiel pasa por ser la primera estrella española que triunfó en Estados Unidos la afirmación incurre en una doble falsedad. Antes que ella, conocieron allí el éxito Juanita Montenegro, María Alba o la improbable estrella Catalina Bárcena. En cuanto a su presencia en el cine estadounidense se reduce a tres títulos dirigidos, eso sí, por Anthony Mann, Samuel Fuller y Robert Aldrich. La mayor parte de los seis años que la manchega pasó en el continente americano estuvo en México. Y la primera película que rodó al llegar allí fue Necesito dinero, en cuyos créditos aparece junto a Pedro Infante como artista exclusiva de Producciones Zacarías, la compañía de los hermanos Mario y Miguel Zacarías. No se trata de desacreditar la leyenda, sino de poner en valor la docena larga de cintas que Sarita rodó en México y que le sirvieron de trampolín a Hollywood.
Necesito dinero parece ir ampliando su radio de acción progresivamente. Al principio, Manuel (Pedro Infante) sólo conoce de María Teresa (Sarita Montiel) sus tobillos y sus pantorrillas. Tanto es así que la llama “Zapatitos” y es capaz de reconocer su taconeo cuando pasan por la calle ante los ventanales del taller en el que trabajan y que quedan a ras de suelo. El suspense se prolongará cuando Manuel quede a gatas en el autobús e identifique esos mismos tobillos como pertenecientes a la mujer que ama, aunque su rostro siga oculto por una revista. La ocasión de intimar con ella llega cuando la sigue hasta su casa y descubre que alquilan una habitación. La familia de ella es española y si están en México no es por motivos políticos, sino por pura migración económica. El regreso a casa de otra de las hermanas pone en evidencia la herida del pasado, con un padre mujeriego y ausente.
El círculo se ha ampliado así hasta la familia completa, constituida exclusivamente por mujeres, y la comedia romántica de ascenso social, que parecía el género al que la cinta se adscribía sin ambigüedad alguna, deriva hacia el melodrama con derivaciones criminales cuando María Teresa se deja seducir por la falsa propuesta de matrimonio de José Antonio (Gustavo Rivero), un canalla dedicado a negocios sucios.