Las adolescentes (1975)

Las adolescentes (Pedro Masó, 1975)

Pedro Masó continúa con la línea marcada con Experiencia prematrimonial (1972) y cultiva de nuevo el morbo de los cuerpos adolescentes que se dejan corromper por el hedonismo, aunque para tranquilidad de los bienpensantes reciban por ello doble castigo. En la anterior era un aborto y el abandono del prometido, y aquí, una violación y al expulsión del exclusivo colegio londinense cuyo buen nombre podría quedar comprometido por el comportamiento díscolo de tres de sus alumnas.

Poco importa que la gobernanta de la residencia (María Perschy) sea la encargada de proporcionar carne fresca a una red de pornografía de la que su amante, Jimmy (Anthony Andrews), es la cara amable. Ana (Koo Stark), hija de unos hosteleros españoles, cae en sus redes y las fotos de sus escarceos, tomadas en secreto, no tardan en distribuirse a todo el mundo gracias a una revista editada en Dinamarca. Y eso que ella es la más tímida de un trío en el que Carla (Susan Player) y Rosalind (Victoria Vera) llevan ventaja en este terreno.

Cuando Jimmy, arrepentido, quiera salvar a Ana irrumpirá en el piso y arrojará a uno de los pronógrafos contra el falso espejo a través del cual se realizaban las filmaciones. La pelea deja a la vista el dispositivo del que se vale Masó para excitar la libido del espectador heterosexual masculino y de parte del femenino, retratado veladamente en la película en el personaje interpretado por Cristina Galbó. Sin embargo, la cámara de Masó no necesita esconderse y puede seguir filmando a este lado de la pared. La red de pornografía ha quedado al descubierto, pero él puede seguir facturando estos productos vergonzantes con la tranquilidad de quien ha hecho todo esto para ofercer una lección moral a los espectadores.