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La hija de "La Millona", una mujer de mala vida, se casa con un joven de buena familia dado a la crápula.
GÉNERO: Drama
La Millona (Antonio Momplet, 1937)
Tras el rotundo éxito de Sor Angélica (Francisco Gargallo, 1934) Capitolio Films vuelve a reunir al trío protagonista -Lina Yegros, Ramón de Sentmenat y Alfonso Albalat- para protagonizar otro melodrama de regusto popular. Antonio Momplet, que había dirigido un drama antibélico y otro sobre las penurias de la bohemia de los cómicos trashumantes, se encarga de la adaptación y dirección de un drama de Enrique Suárez de Deza que ha recibido aplausos en los escenarios en 1935. El papel de "La Millona", una mujer que lo sacrifica todo por su hija, llega a las tabas de la mano de María Fernanda Ladrón de Guevara. En la pantalla es Carmen Rodríguez quien encarna a la madre capaz de perpetrar un crimen con tal de salvaguardar la felicidad alcanzada por su hija junto a un joven hijo de buena familia que iba por el mal camino pero al que el amor ha regenerado. Pero, ay, el pasado acecha. Tipos sin escrúpulos esperan hacerse ricos explotando la culpabilidad de quien lleva purgando responsabilidades ajenas toda una vida y los acontecimientos se precipitan. El género recibe en Estados Unidos el nombre de "weepie" o "women picture" y Antonio Momplet se pliega al modelo con cierto aseo. En todo caso, se notan excesivos resabios teatrales en las interpretaciones de la mayoría de los actores, pero es lo que se esperaba de ellos. Por lo demás, en la primera parte todo tiene un aire de comedia internacional, con decorados decó y algunos juegos inspirados en Lubitsch, como los criados que llaman a las puertas de las alcobas en las que los recién casados por conveniencia duermen separados por un tabique. Es en la segunda parte cuando los giros melodramáticos se acumulan sin tregua.
La producción arrancó en 1936 y se estrenó en Barcelona, o sea, en la zona republicana, en febrero de 1937. Las críticas no fueron malas y valoraron positivamente los avances técnicos y de realización que presentaban. Apenas terminada, Antonio Momplet partió hacia Sudamérica de donde no regresaría hasta quince años más tarde.