Julieta engaña a Romeo (1965)

Julieta engaña a Romeo (José María Zabalza, 1965)

Julieta engaña a Romeo es un cuento boccaccesco en el que, al final, en vez de hacerse burla de la moral y el orden, estos quedan restablecidos. Para poder asistir a los encuentros con su amante, la caprichosa Matilde (Lina Morgan), Roberto (Germán Cobos) inventa que debe seguir a su mujer porque le está engañando. El asunto no tardará mucho en saberse en la pequeña ciudad. Y lo malo es que, efectivamente, todas las mañanas Julita (Gloria Osuna) compra un ramo de flores y toma un taxi para un encuentro misterioso. Un guardia de tráfico (Juanjo Menéndez), amigo de Roberto, se encarga de averiguar adónde va.

En la primera producción de Uranzu Films, José María Zabalza apuesta por intérpretes con tirón popular para protagonizar una comedia de enredo vodevilesco en la que no faltan las pinceladas de humor negro. No deja de lado, por tanto, el universo de Entierro de un funcionario en primavera. Buena parte del enredo se desarrolla en el cementerio con las tres protagonistas femeninas poniéndoles los cuernos a sus respectivas parejas… con un difunto. Tampoco faltan los apuntes de humor surrealizante, a modo de viñetas humorísticas insertas en el metraje sin otra función que la de gags visuales. Valgan como ejemplo, los ejercicios de solfeo para silbato que desvelan al guardia urbano o la proliferación de sonámbulos por los tejados frente a la casa de Roberto y Julita, que requerirán la presencia de otro guardia para regular su tránsito.

También la película se desarrolla con este ritmo sonambúlico, sin otro cometido, al parecer, que completar el metraje necesario. El propio José María Zabalza encarna a Ramón, el amigo de Roberto, en un papel que va bastante más allá de sus habituales cameos autoirónicos.